No tienes artículos en tu carrito de compras
Alfredo Espino es el poeta que más supo cautivar el corazón del pueblo con su musicalidad. Además, sus versos están en íntima comunión con sus amarguras y alegrías. Jícaras tristes, su única obra, contiene 96 poemas divididos en “Casucas”, “Dulcedumbre”, “Panoramas y aromas”, “Pájaros de leyenda” y “El alma del barrio”. Su lirismo se alimenta del paisaje rural y del amor emancipado que es expresado mediante sencillos madrigales, romances, letrillas y sonetos. Algunos elementos naturales que viven y palpitan en la obra de Espino son el río, la montaña, el bosque, el amanecer, los ranchos, los pájaros, el olor de la albahaca, los labriegos enfiestados con sus cotones de manta, entre otros. Su apego a la “tierruca” y a los elementos terrestres está envuelto en una neblina de melancolía. Sus versos logran que el hombre de la ciudad recupere el verdor extraviado entre los horarios y el asfalto.